Introito, Kyrie, Gradual, Tracto, Dies Irae... las secciones de la liturgia se suceden con textos que, respetando el sentido original de cada parte en el texto en latín, van explicando como el hombre sucumbe ante la vida misma. Los textos musicados son extractos de novelas y poemas de Cesare Pavese, Witold Gombrowicz, Cesar Vallejo, Fernando Umbral, Thomas Bernhard, Louis-Ferdinad Céline, Charles Bukowski... Según la naturaleza y sentido del texto, la música se muestra unas veces simple y espiritual, otras descriptiva, otras compleja y tormentosa, otras desoladora, y a veces también tierna y esperanzadora, ilustrando así esa especie de viaje del alma. Coral y solistas se apiñan en el centro en unos bancos de iglesia, que remiten también a una barca en medio de la nada, desde la que se oficia, en directa relación con el público (folleto en mano), esta especie de misa contemporánea.
Enric Montefusco y Raül Fernández, más conocido por Refree, son dos de los artistas más virtuosos de la escena musical nacional, traspasando con su talento el género indie. Montefusco es miembro fundador y compositor de Standstill, banda que en el año 2010 fue reconocida por la revista Mondosonoro con el Mejor Disco de la Década gracias a su álbum "Vivalaguerra". Sus directos son unos de los mejores que se pueden encontrar hoy en día, tanto por su intensidad como por la emotividad que transmite su vocalista, demostrando que son una banda que van más allá de estilos y etiquetas. Él fue el creador de "Room", el mejor espectáculo escénico que se ha hecho en el panorama independiente de nuestro país.
Por su lado Raül Fernández es un reconocido compositor y productor gracias a su implicación en infinidad de proyectos y colaboraciones. Sus producciones musicales fusionan la canción de autor y el pop, con ocasionales influencias del jazz. Ha producido discos de artistas como Roger Mas, Nacho Umbert y Las Migas y ha colaborado mano a manos con artistas como Josh Rouse, Maria Rodés o Sílvia Pérez Cruz.
REQUIEM se estrenó en la pasada edición del festival SOS 4.8 de Murcia en el escenario del auditorio con una actuación brillante y muy emotiva, donde la dramatización de la música se intensifica con una puesta en escena basada en la reproducción de la verticalidad, la inmensidad y el juego de sombras de las iglesias.