Lo primero que te dicen de Envelopes es lo siguiente: \"No te confundas, Envelopes son diferentes\". Y así es. La primera voz que se escucha en Party, el primer single de su nuevo disco, es el cantante Henrik cantando a la tirolesa. Y antes de que puedas reaccionar, la canción se ha convertido en una mezcla de Pixies, Belle & Sebastian y los Talking Heads del 77. Sin olvidar referencia a Bonnie Tyler de tipo: \"Once upon a time I was falling in love / now I\'m only falling apart / totally fucked from the start.\"
Esta visión tan particular de la música pop de hoy es lo que dominan de verdad los Envelopes. Puede entonces que por eso escuchar al grupo sea como ver a The Flaming Lips en directo por primera vez. En su música hay de todo, incluida la pica de la cocina, aunque colocado de forma tan particular que a menudo es difícil de comprender aunque siempre tenga algo de familiar. Está pasada de moda pero es eterna, creada de forma meticulosa aunque deshilachada en los bordes.
Party se ha extraido del álbum más importante de la banda hasta la fecha, Here comes the wind, publicado ya en España (Pias). Es su segundo disco y para su consecución han unido todo lo que tenían a mano, como B52\'s, Yo la Tengo, Os Mutantes, Nico, Bob Hund y Stereolab, destilándolos y creando un sonido que te recuerda a todas tus bandas favoritas pero con un sonido que sabes con certeza es sólo de ellos.
La historia de Envelopes es tan atípica como su música. Viviendo en Estocolmo, Malmö y París la banda luchó contra la geografía y venció: pasaron suficiente tiempo juntos durante las vacaciones escolares para grabar, de forma casera, su primer ábum de demos Demon, lanzado con mucha suavidad por el recién formado sello Braille Records a finales de 2005. Demon anticipó que Envelopes eran el grupo más prometedor del eje Suecia-Francia (vía York) y Here comes the wind lo confirma definitivamente.