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Howie B.

Howie B.

Cuando alguien se anime a escribir el \"Gran manual de la música estimulante\", deberá reservar un capítulo entero, y lleno de elogios, a ese increíble escocés llamado Howie B. Él es uno de los cerebros de la música contemporánea: un acelerador de partículas, capaz a la vez de fumar, caminar y llenar de intensidad sonidos inverosímiles. Si decimos que es artista y productor, la etiqueta se le queda pequeña.

Como poco, Howie B es un contador de historias, adicto a la música, meta-disckjockey, diseñador de ritmos, mago de las voces, creador de texturas, \"capo\" discográfico, sutil conversador y genio en perfecto estado de conservación. Además de generador de emociones, padre y ángel protector con la cabeza rapada. Por todo ello, Howie es una persona difícil de retratar en una líneas. Por ejemplo, te acercas a un concierto de U2 para saludarle, y te lo encuentras de charla con el escritor \"beat\" William Burroughs. Llegas a su piso en el norte de Londres y le pillas hablando por teléfono con Ray Manzarek, teclista de los Doors, sobre posibles ideas para colaborar.

Si rebobinamos la memoria, veremos que ha trabajado con los mejores: Ry Cooder, Björk, Tricky, Goldie, Soul II Soul, Brian Eno y Robbie Robbertson de The Band (el que fuera grupo de Bob Dylan). Estos son sólo los puntos álgidos de una biografía muy especial, llena de alianzas con otros genios musicales. Cada vez que Howie B entra con alguien en un estudio, podemos esperar que salga algo mayor que la suma de las partes.

El cuarto álbum en solitario de Howie B es otro potente producto de su red neuronal, el ejemplo más gráfico de su talento, especialmente dotado para el trabajo en equipo. Tras la calma de \"Music For Babies\" (96), los ritmos feroces de \"Turn The Dark Off\" (97) y el exorcismo sonoro de \"Snatch\" (98), Howie ha estado recogiendo material con el que encender las chispas de la inspiración.

Si Howie B está interesado en contar historias, debe ser porque su vida también es una interesante saga. Howard Berstein nació en Glasgow (Escocia) en los 60. Fue un chico judío entre protestantes y católicos, así que se vacunó pronto contra la intolerancia, encontró pronto refugio en la música y se hizo adicto al ecléctico programa de radio de John Peel. Tocaba tanto vinilo que, a veces, parecía pegado a sus dedos.

Durante tres años, aprendió a manejar los controles en un estudio de Fulham, trabajando con decenas de grupos, de Swing Our Sister a Los Banshees y haciendo de asistente en la grabación de bandas sonoras con el compositor Stanley Myers. \"La idea era aprender cosas y convertirlo en un oficio -explica-. Allí me dí cuenta de que grabar un disco no es apretar botones, sino un arte, crear un sonido, expresarte a través de la mesa de sonido\".

Howie cambió los pequeños locales de Glasgow por los clubes y bares londinenes. En la segunda mitad de los 80, le encontramos en el Africa Centre, formando parte de la \"posse\" de Soul II Soul. La conexión con Nelle Hopper y Jazzie B le llevó a trabajar en el primer disco de Soul II Soul y a entrar en contacto con los albores de la escena trip hop en Bristol.

A comienzos de los 90, conoce a Massive Attack y Goldie, en los época previa al \"jungle\", remezclando sus canciones para Mo\' Wax, sello de James Lavelle. Por esos días, se queja de que nadie quiera editar su proyecto Nomad Soul, una fusión pionera de rap y hip hop cocida junto a su colega Dobie.

Mientras el pop vivía una de sus etapas más vulgares, Howie se mantenía fiel a su espíritu innovador. Trabajó en los primeros y arriesgados álbumes de Björk. También en los de los provocadores Skylab, el dúo de rap japonés Major Force y trabajó con Tricky en varios temas, incluyendo \"Ponderosa\".

Su aportación para Mo\' Wax hace crecer más aún su prestigio. Allí disfrutaba de libertad total, pero decide abrir su propio sello, Pusyfoot, para dar rienda suelta a su proyectos más extravagantes.

Ahora que ha editado 21 álbumes con el sello, confiesa con orgullo que sólo hay dos que le hayan hecho exclamar: \"¿por qué coño hicimos esto?\"

Su primer álbum en solitario llega en 1996, inspirado por el nacimiento de su hija Chili . Esta elegante colección de poemas sedujo incluso a algunas madres. Poco a poco, su relación con U2, que comenzó componiendo un himno futbolístico junto a Larry Mullen Jr., comienza a ocuparle más y más tiempo. En el 95, viaja a Irlanda para trabajar, junto a U2 y Brian Eno, en el proyecto Passengers. ¿Su puesto? \"Terrorista de la mesa de sonido\". La cosa fue tan bien que se quedó a trabajar en \"Pop\".

En 1997, Howie completa su segundo álbum en solitario, \"Turn The Dark Off\", inspirado por este periodo, donde su estilo de vida se volvió irregular, alocado y delirante.

En una cultura donde un estribillo o un \"sampler\" pueden catapultar a cualquiera a la fama instantánea, Howie B se ha convertido en una figura romántica. No se ha vendido. Es capaz de cristalizar joyas como \"Folk\" y ese álbum \"de terapia\" llamado \"Snatch\" que edita Pussyfoot.

¿El motivo de tanto esfuerzo? Él lo tiene claro: \"Cada día quiero ser mejor. No quiero repetirme nunca. Puede que se repitan ciertos motivos reconocibles, pero no quiero estancarme jamás. Por eso cambio de equipo cada dos o tres años. Lo uso, lo domino y lo despido. Me gusta así. Me mantiene vivo\".

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